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Los líderes de esa ciudad
    son como leones que rugen.
Sus jueces son como lobos que atacan al atardecer
    y devoran completamente los cadáveres.
Sus profetas son gente extravagante que miente
    y engaña para obtener lo que quiere.
Sus sacerdotes les faltan al respeto a las cosas sagradas
    y violan la ley.
Por el contrario, el SEÑOR es justo en esa ciudad.
    Él no hace nada malo
y todos los días demuestra su justicia.
    Sí, él es siempre justo en sus decisiones.
    Nunca hace nada cruel o perverso.

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